viernes, 3 de septiembre de 2010

Te llamaré: ¡mujer!

Que sean los aromas del pasado
la prudencia con la que te enamoras.
Que sea tu sonrisa el ímpetu para procurarme,
y que sean, entonces, mis llamadas
el camino llano que fluye por merecerte.

No calmes esa voz tuya cuando el sentimiento del pecho
aventure con palabras la devoción que yo corresponderé.
Y cuando menos se espere de la nada será que...

Por esa sofisticada delicadeza te haré un verso.
Por esa eterna esencia te creeré divina.
Por esa cordura insaciable te haré razón.
Por tu calidez serás mi amante, por tus labios seré el tuyo.
Por tu armonía te veré rodeada de narcisos y demás flores,
pero por tu belleza te llamaré: ¡mujer!

2 comentarios:

  1. Jajaja que cursi. No creí que fueras así. "Todos tienen cola que le pisen".

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  2. Sólo puedo decir EVIDENTE !!!! y revelador

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