sábado, 10 de julio de 2010

Porque pensar y comprender son conceptos distintos

Para aquellos como yo, entender la importancia del discurso llega mucho antes que la idea de siquiera plantear un objetivo y por eso es que tras haber concretizado lo que realmente añoro llegué a la conclusión de titular este su-perviviente espacio con el conjunto de signos tipográficos conocidos como comillas inglesas. Quizá no es la mejor manera de atracción, pero sí expresa, a detalle, lo que se pretende con cada caracter que se destine para descubrir lo que representa. Esas pequeñas gotas del lenguaje cumplen con su función intrínseca además de ser elementos estéticos que dotan de ironía o importancia tanto a la comunicación verbal como no verbal, pues destacan la intención del autor que junto con la experiencia del lector crean un campo de conocimiento y de intelección mayor al imaginado.
     Sin embargo, el impacto esperado reside tanto en mi vana capacidad de expresión y mi pecaminoso gusto por escribir, como en su paciencia asertiva de no dar ni pie ni mano al error y en la discusión interna de cada uno; éste es (como dije al comienzo) el único camino para descubrir qué es lo que representan aquellos signos y la forma más interesante de generar nuevas dinámicas sociales y perceptuales.
     Asimismo, hay algo más que ambiciono compartir -ya que estamos en confianza- pero que al mismo tiempo no quisiese arruinar con explicaciones fútiles de su razón y ese algo es la "palabra" Nosperante. Conforme vaya siendo posible la comunicación con ustedes pretendo dilucidar poco a poco la naturaleza gravitacional que ejerce hacia sí y la infinita posibilidad que reside en su condición inteligible.
     Por último, aunque en realidad debió haber sido lo primero, los exhorto a que se atrevan a tansformar lo que me dijeron se llama realidad y a agregar esos puntos suspensivos que le faltan tanto a la sociedad como al encabezado de este blog.