martes, 29 de marzo de 2011

La Imagen Física es ¿complicada o simple semiótica?


Todo dependerá de la relación que se desee acotar entre objeto y sujeto cuando se exprese la creación de un discurso. En tanto que algunos dirían que es imposible crearlo sino mejor estructurarlo, otros alegarían a la estructura dentro de un origen creativo y caótico. Sin embargo, para propósitos discursivos es mejor atajar estas estructuras, orígenes, formas y fondos (La Caótica) y creaciones desde la semiótica. Para lo que formulo la siguiente pregunta ¿qué íconos visuales, conscientes, están siendo interpretados con una intención directamente proporcional a la del orador?… de eso pretendo tratar a continuación: o algo semejante con relación a la Imagen Física.
     Después de estar, un poco, inmerso en el estudio de los signos-objetos atajados desde los pensamientos se sabe que en ocasiones no es posible llegar a los signos que permiten consumar el proceso semiótico o, como lo distinguiría Peirce dentro de los tres símbolos que propone: Término o Rema. El asunto es que en ocasiones la ausencia de experiencias, las imposibilidades y la focalización de elementos específicos en contextos determinados impiden “completar” el proceso. No obstante, no es una verdad sino más bien una veracidad que el modo en que se llega al interpretante depende del modo en que es interpretado en la mente del intérprete.
     Dado el conflicto al que estamos expuestos cotidianamente, y que se expuso en el párrafo anterior, el ejercicio de deconstruir, a partir de los ejes semánticos un determinado concepto, que además es rector de la producción dentro de la Imagen Física de un individuo en específico, se dilucidaron no nuevos conceptos sino conceptos neo-posteriori. Es decir, al analizar un concepto a partir de sus sinécdoques materiales, generalizantes y particularizantes, y posteriormente a partir de sus metonimias son interesantes los resultados a los que se accede. Y gracias a este medio se vuelve más factible desarrollar discursos que conciban su significado intentado en las premisas o como el interpretante al cuál esta intencionalmente dirigida la formulación de esas premisas.
     Ahora bien, si se hiciera un despliegue lingüístico del concepto “complicado” resultaría en metonimias de colores, texturas y formas por objeto que permitirían, entonces, ocasionar resultados conscientes con la intención de comenzar en la producción de sensaciones y terminar (regresar) en el lenguaje. Este proceso juicioso de selección si bien tiene lugar a partir de los interpretantes, también lo tiene en la repetición que confirma, reafirma y consolida un discurso definido.
     Para simplificar la comprensión de la glosa anterior, lo más adecuado sería ubicarla en la tríada Estésica, que gracias al cambio en el estado de las cosas es posible que perciban estímulos (directamente intencionados) para provocar reacciones y sensaciones cualinitas que pretendan llevar a los interpretantes de este discurso físico...
     …a identificar símbolos que no tienen una relación de similitud con el objeto y que tampoco se constituye como representamen en virtud de una mera reacción a un determinado comportamiento del mismo. Estos símbolos tienen, respecto del objeto, una genuina relación de representación que se resuelve con la participación relacional de los tres elementos de la tríada Semiósica y que podría decirse cierta capacidad, que es el fundamento, tal que instaure un interpretante en la mente del intérprete. Si se logra esto, los argumentos son, entonces, “interpretantes dirigidos intencionalmente a la formulación de esas premisas”. 
     Con lo anterior, en la tríada de la Retórisis se representa la parte del discurso en donde el juego de sensaciones y signos habituados al pensamiento de los intérpretes traspasa los límites estructurales de la negación a los estímulos y se configura, esta vez, a partir de las seducciones visuales que otorgan, por orden de intención, deducciones sustentadas en un intenso forcejeo de las virtudes de un objeto que se redefine en el sentido común dispuesto a admitir una categoría tratada; pero si se interpretara por la contrariedad de deducción (formas, texturas y colores) fuera del contexto, entonces ahí habría un efecto que no sabría definir con otra palabra que —la metonimia de causa por efecto de complicado— enigmático.

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